Ocurrió en el año 426 d.c. tras tres días de ceremonias y fiestas suntuosas en una ciudad Todavía sin descubrir, un joven guerrero provenienTe de las Tierras de Tikal, fue ungido como rey de una pequeña población maya en el occidente de la actual Honduras. A partir de ese momento, el novel monarca y su comitiva emprendieron un viaje que les tomaría más de 150 días a través de impenetrables selvas y tempestuosos ríos para alcanzar los nuevos dominios.