Uno de los momentos más emocionantes que nos dejó la ceremonia de coronación del rey Carlos III fue cuando el príncipe William se arrodilló ante su padre y le juró su lealtad como heredero al trono.
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William llegó a la Abadía de Westminster vestido con una túnica formal a petición del rey Carlos y la reina Camila.
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Dentro de la Abadía lo acompañaron la princesa de Gales y sus dos hijos menores, los príncipes Charlotte y Louis. Por su parte, el príncipe George fue un paje del rey.
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Antes de la coronación, William ayudó a su padre con su traje.
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Posteriormente, se arrodilló ante el rey y le juró su lealtad.
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“Yo, William, príncipe de Gales, te prometo mi lealtad, y te daré fe y verdad, como tu vasallo de vida y cuerpo. Que Dios me ayude”.
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Finalizó el juramento dándole un beso en la mejilla a su padre. ¡Sorprendiendo a muchos!
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Tras la ceremonia, los príncipes de Gales se movilizaron al Palacio de Buckingham.