GRUPO OPSA:

Toda una dama

Por

Tras su porte elegante y su mirada serena hay una mujer auténtica, de una sola pieza, que ha sabido adoptar como suya la filosofía de vida de la madre Teresa de Calcuta, “hay que hacer las cosas ordinarias con un amor extraordinario”.

28/oct 2010

Hasta hace un año, su vida transcurría tranquilamente en lo que hoy añora: el anonimato. Se dedicaba a su familia, a las tareas cotidianas como madre de tres niños, y a administrar la empresa fundada por su padre hace más de dos décadas. Más que en los sitios de moda, los fines de semana era normal encontrarla en los pasillos del hospital Mario Catarino Rivas, donde visitaba con su sonrisa discreta a los pacientes de su esposo, Juan Carlos Zúniga, un médico de reconocida trayectoria, y a quien acompañaba con frecuencia junto a sus hijos, para compartir su pasión y su entrega por la medicina.

Pero todo cambió cuando él decidió emprender una aventura en la política y lanzar su inesperada candidatura a la alcaldía de San Pedro Sula. De repente sus vidas dieron un giro de 360 grados, "nos volvimos una familia pública que si bien antes, cuidábamos nuestros actos, ahora más", dice y agrega, "cuando me explicó su aspiración política, le dije que no era buena idea, pues los dos teníamos nuestras reservas en cuanto a ese mundo. Pero al observar su interés, decidí apoyarlo y darle su espacio para que pudiera desarrollarse, lo único que le dije fue que no olvidara su profesión ya que los puestos son pasajeros".

El trabajo de una corta pero intensa campaña de apenas un mes, junto a la admiración y la simpatía cultivada en largos años ejerciendo la medicina y realizando cirugías gratuitas, llevaron a Juan Carlos Zúniga a ganar rotundamente las elecciones y a convertirse en el alcalde de la segunda ciudad más importante del país. A su lado estaba ella, Yvette Aramendía, la persona que lo apoyó en todos sus proyectos de vida, y éste no era la excepción.

Así, sus días de normalidad quedaron atrás y hoy ella es inevitablemente parte del acontecer de San Pedro Sula. Las cámaras de los medios de comunicación captan los momentos en que la primera dama de la ciudad, como la llaman, hace donaciones de medicamentos al Seguro Social, inaugura proyectos de asistencia social o encabeza caminatas, como la reciente marcha conmemorativa al mes de la familia. Y es que convertirse en la directora honoraria de Programas Sociales Municipales es una labor que ha tomado muy en serio, dispuesta a marcar una huella positiva, de esperanza y solidaridad. Esa mañana, el calor parecía más intenso que nunca, pero la impresionante belleza arquitectónica de la Fortaleza San Fernando de Omoa, hizo el clima más llevadero. Nuestra protagonista nunca se quejó, todo lo contrario, se mostró dispuesta a colaborar, a posar y a lucir los looks pensados de acuerdo a su personalidad. En esa histórica edificación, la segunda fortaleza más grande de América, construida por órdenes del rey Fernando VI de España en 1759 para defenderse de los ataques de los piratas, ella mostró sus diferentes facetas. Discreta, con buen humor, cálida y con un espíritu sensible, pero firme.

Ese carácter encaja a la perfección con su nueva responsabilidad como directora honoraria de los programas de la Alcaldía, donde se ha impuesto como objetivo principal coordinar acciones para rescatar a niños, jóvenes y madres solteras, conocer sus necesidades y buscar la raíz de sus problemas, para luego hacer propuestas que ayuden a mejorar su condición de vida.
Lo que más le satisface de esa labor lo resume con una sonrisa, "poder contribuir a mejorar la calidad de las personas olvidadas o invisibles de nuestra sociedad. Elevar la voz por ellos e intercambiar una sonrisa con aquellos que han perdido la fe o la esperanza. La verdad es que esta labor es un proyecto de vida, no un trabajo, es más que una obligación moral, una dedicación para retribuir parte de las bendiciones que hemos recibido".

Así, a diario se reúne con su equipo de trabajo para monitorear los avances de los proyectos, programar visitas a las áreas de riesgo social, gestionar programas sostenibles, y canalizar donaciones, entre otras actividades que ocupan su agenda. Su gran proyecto es crear el primer centro integral para la niñez en situación de calle denominado "Catrachos al cambio", una fundación privada formada por centros de autoridad moral, figuras del arte, deporte, ciencia y otros, que a través del padrinazgo de niños, los ayuden a rehabilitarse en todos los aspectos.

"El fenómeno de infantes en situación de calle, es un problema que no sólo aqueja a nuestras ciudades, pero es nuestra responsabilidad como ciudadanos y representantes del pueblo ayudar a que esto disminuya, ya que ellos son el presente. En lo personal pienso que una labor se realiza por convicción y conciencia del problema, por lo tanto cuando se llega a esta conclusión, la satisfacción es grande, pues ayudar a los demás es ayudarse a uno mismo, a ser menos egoísta con nuestro tiempo, es aprender a despojarse del yo y pensar en aquel ser que sufre en el sentido solidario", dice Yvette.Armada de persistencia, disciplina y optimismo, está decidida a dejar su huella en la alcaldía y ayudar con su trabajo a vencer al menos algunos de los problemas de los más necesitados, "si David venció a Goliat, porqué yo no", reflexiona y agrega,"hay que tener paciencia, especialmente cuando se depende de otras personas, para realizar una labor como la social". Rodeados de las paredes del fuerte, edificadas en piedra, coral y ladrillo y diseñadas de forma redondeada para cubrir el impacto de las olas, la vimos transformarse sutilmente frente a las cámaras, dibujar sonrisas discretas y posar con una elegancia natural en ella.

Sus rasgos son finos y su rostro de una belleza muy particular. Mientras habla, su voz es suave y sus movimientos delicados. Aunque su corazón es hondureño, ella nació en New York, hija de padres de origen cubano. Llegaron hasta aquí por cosas del destino, cuando su padre, que entonces trabajaba en Puerto Rico, vino a Honduras porque la empresa con que laboraba ganó el contrato para construir el tramo carretero hacia el Lago de Yojoa. Los 12 meses que la familia Aramendía Carus permaneció en el país fueron suficientes para que se enamoraran de esta tierra y decidieran quedarse para siempre. Poco tiempo después, los abuelos paternos llegaron también para establecer su residencia en San Pedro Sula.

Sin duda fue una buena decisión. Especialmente para Yvette, que recuerda haber disfrutado una niñez divertida y tranquila. Desde entonces se notaba su personalidad dinámica y disciplinada, cualidades que le valieron para formar parte de los equipos de basket ball y volley ball de la Escuela Internacional Sampedrana, donde estudió su high school. Luego partió a Estados Unidos a estudiar economía en la Florida Internacional University, y posteriormente cursó una maestría en finanzas en la Universidad de Miami.

Su experiencia laboral se forjó en las áreas administrativas, de atención al cliente y como asistente de finanzas para la Coca Cola en Atlanta, pero después de un tiempo decidió regresar a Honduras para estar con su familia e iniciar la empresa de fumigación aérea agrícola fundada por su entrañable padre, y que actualmente administra junto a su hermano Ricardo. "Un día de trabajo normal nos avisaron que a mi abuela la habían internado por un padecimiento del corazón. Fue entonces cuando conocí a Juan Carlos, el doctor que la atendió, le colocó un marcapaso y le continuó brindando las atenciones que necesitaba". Desde que lo conoció asegura que le pareció un buen hombre, apasionado por su profesión, solidario con los desprotegidos, con buen sentido del humor e inteligente. Ella confiesa que nunca imaginó que sería su esposa, pero al iniciar su relación de amistad supo que era un hombre con quien podía compartir muchos ideales y maneras de pensar.

Ruborizada recuerda que su primera cita fue para compartir un café y que después de eso no lo volvió a ver en un mes, hasta que coincidió con él en una fiesta y la invito a ir al cine. Desde ese momento iniciaron su noviazgo, que cuatro meses después terminó en matrimonio. Han transcurrido 13 años desde entonces, tiempo en el que ha sido feliz junto a su esposo y a sus tres hijos; Juan Carlos y las gemelas, Isabella y Paulina. "El significado de felicidad y vida se relacionan entre si, ya que la primera no depende de que nos toque la lotería, ni de que todo sea fácil. Es cuestión de actitud ante las circunstancias y una semilla que se riega día a día. Nadie está a cargo de la felicidad, excepto uno mismo, lo importante es amarse y aceptarse como uno es, con defectos y fortalezas. La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo, tampoco se encuentra en el futuro como meta que haz de alcanzar, esta aquí y ahora, en lo que puedes oler, en el latir de tu corazón, por eso hago mía esa frase que dice que hay que vivir como si fuera el último día".

La tarde cayó cambiando de forma casi mágica los colores de las centenarias paredes de la fortaleza. Era el momento de partir, de emprender el viaje de regreso a casa y despedirnos con la certeza de haber compartido esas horas con una mujer especial, que ojalá cumpla su sueño de cambiar vidas y regalar un poco de esperanza.

¿CóMO ES ELLA?

CLáSICA Y CONSERVADORA

POR LA MAÑANA: Leer mi devocional y orar.

PARA RELAJARSE: Hacer gimnasia y jugar con mis hijos

QUé LA CONMUEVE: La niñez desprotegida

QUé LA HACE ENOJAR: La falta de puntualidad

SU ESTILO: Soy demasiado clásica

ACCESORIOS: Los zapatos y los cinturones son mis favoritos

UN DISEÑADOR: Lutfi Jananía

UN BáSICO EN SU ARMARIO: Vestido negro de cocktail

UN SECRETO DE BELLEZA: Dormir 9 horas diarias

UN LIBRO: El profeta de Khalil Gilbran, podría pasar todo un mes leyendo sin parar!

UN HOBBIE: Cocinar postres

UNA CANCIóN: Las 4 estaciones de Antonio Vivaldi

UNA PELíCULA: Ghandi

UN LUGAR: Mi casa
PERSONAJES QUE TE INSPIRAN: Jesús, por entregar su vida por nuestros pecados, la bondadosa Madre Teresa de Calcuta, Ghandi, por su resistencia pacífica y Mandela por luchar contra el racismo.

categorías